martes, 6 de julio de 2010

Querido Enzo

(Por Diego Sole) - Cuando me entere que volvías a casa no lo pude creer, se me puso la piel de gallina. Regresabas para ser campeón de aquella copa que en el 86 se te negó, y para poner a River, a mi River, en el lugar que había perdido. Por eso quiero agradecerte querido Enzo Francescoli, por que con tu vuelta le devolviste la alegría a chicos y a no tan chicos.

Recuerdo unas vacaciones en la República Oriental del Uruguay, yo paseaba por el club, con una figurita tuya, mostrándola con orgullo y aludiendo que vos eras mi ídolo. No podía creer lo que escuchaba, tus propios coterráneos no te estimaban como en la Argentina. Tanta indignación tuve, que me fui para no entrar en polémicas y tener que explicarles lo que vos significás, ¿cómo lo ponía en palabras, Enzo?.

Verano del '86. Mi River jugaba un amistoso internacional contra la selección de Polonia en Mar del Plata. Perdíamos 4 a 2. En diez minutos les empatamos el partido, y faltando siete minutos para el final, tras un centro del Beto Alonso, vos hiciste una pirueta en le aire, que dejaste a todo el público con la boca abierta, hiciste un gol de antología, esos que se ven cada cien años, para poner el marcador 5 a 4 final y decretar el delirio de la gente. Yo tenía cinco años pero gracias a dios que existen testimonios visuales para poder acreditar dicha hazaña.

Otoño del ’93. ¿Te acordás Enzo del torneo clausura? Se jugó el superclásico en el chiquero, era tu primer partido luego de la vuelta de Europa. Ese domingo de abril yo miraba el partido en la casa de mi primo, no me puedo olvidar más ese resultado, ese 3 a 1 con un gol tuyo de penal. Lo gritamos como locos, nos abrazamos y nos emocionamos, para entonces yo, tenía 12 años.

Invierno del ’96. ¿Te acordás Enzo lo que fue Ganar la Copa Libertadores? Fue como tocar el cielo con las manos, ese recibimiento jamás visto, teníamos un equipazo, el burrito, el muñeco, Sorín, Burgos…….., pero vos eras el actor principal de este sueño, sueño que compartíamos todos los millonarios. Por algo volviste a casa y cumpliste tu promesa. Cuando el árbitro marcó el final del partido, vos estabas en el córner con la pelota, piel de gallina, te arrodillaste como vencido y levantaste la cabeza como agradeciendo a Dios por haber logrado la grande epopeya. Después llegó la Supercopa, esa que se nos negaba año tras año, pero vos cumpliste y junto a los otros, condujiste a la batallón hacia la victoria, así conseguimos la única copa que nos faltaba. Yo estaba sólo en casa y deliraba de alegría.

Invierno del ‘97. Llegó el tricampeonato, de la mano de otro hijo de la casa. Dicen los que saben que en la cancha había un solo técnico, y creo que no se equivocan. Me acuerdo del partido en que el pelado quiso sacar al Burrito y vos paraste el cambio, hay que “tener huevos” para desautorizar al técnico.

Pero todas las historias tienen un fin, sino no serían historias, la tuya tuvo un final feliz. Fue el 1 de agosto del 1999. Ese día se juntaron más de 50.000 personas en el Monumental, para homenajearte y agradecerte por haber cumplido tu promesa, por tanta grandeza y a la vez humildad. Sos tan grande que hasta los hinchas de otro equipo te respetan.

Eternamente gracias Enzooooooo!!!

1 comentarios:

Unknown dijo...

Grande Dieguito, se nota el sentimiento que te fluye desde adentro por River y por tu Gran Idolo "EL ENZO", hasta cuando saludas lo tenes presente, cuando escribis un "Abrazo inmENZO!!!!"....
Te Felicito, segui con esa garra y pronto vas a lograr lo q te propones...
Gime

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